674656633 Ayona

[Baco]

Nombre "artístico": Ayona
Nacionalidad: China importada del wok
Edad aproximada: Dice 26, tiene cara de haber nacido antes del Tiananmen
Fotos falsas o retocadas?: Photoshop nivel Pokémon
Descripción de Cara: Carita de sumisa de catálogo con rímel llorado
Descripción de Cuerpo: Pechitos tibios, culo redondo tipo bao cocido, olor a flor de supermercado chino
Descripción de Carácter: Finge dulzura hasta que ve el sobre
Fumadora: No en mi presencia

CONTACTO
Teléfono: 674656633
Web/Anuncio: MundosexAnuncio
Dirección: Calle Mija (nombre premonitorio)

LUGAR DE ENCUENTRO
Aire Acondicionado/Calefacción: Sudor de dragón, sin control
Discreción del lugar: Tercer piso, timbre escrito a boli
Valoración de las instalaciones: Toalla húmeda del cliente anterior todavía humeando

SERVICIO
Fecha aproximada de la experiencia: abril 2025
Tarifa contratada: 100 napos
Duración real del servicio: 30 minutos exactos, cronómetro budista
Besos: Simulación de besito de pez muerto
Mamada(con/sin protección): Sin, con babas espesas
Cunnilingus: No autorizado, zona vedada con cartel de advertencia
Griego: A pelo. Sí. Sin vaselina. Con gemido de karaoke
Valoración de la experiencia(0 a 10): 6, por el culo sin alarma
¿Repetirías?: Sólo si me vuelvo loco o pierdo el gusto por vivir

Relato del encuentro:
Entré caliente como dragón borracho, con el sobre sudado en la palma. Me abrió Ayona, envuelta en kimono barato y olor a incienso reciclado. Me soltó una sonrisa de Hello Kitty en celo y me dijo "Hola cariño" con voz de app de masaje. No me senté. No vine a conversar. Le solté el sobre, y como buena profesional, lo deslizó bajo el cojín como quien esconde droga en una redada.

Mamada sin condón desde el minuto cero. Nada de cariño ni arte, pero sí con lengua tipo trapo húmedo. Me puse en posición y pedí lo mío: griego sin protección, como Baco manda. Se giró sin rechistar, echó un escupitajo sin alma en el ojete, y entré sin misericordia. Culo ajustado, sin grito, pero con apretón de esfínter tipo puerta blindada. Dos embestidas fuertes y ya estaba en trance. Lo di todo. Me vine dentro como quien deja una ofrenda a los dioses antiguos.

Ella gimió en cantonés falso, y al terminar, se fue directa al baño. Salió a los tres minutos, con la misma cara de catálogo. Me ofreció agua. Dije que no. Me vestí. Me largué. Y al salir pensé: he follado un mito de panfletillo, pero al menos he dejado mi ADN en la muralla china.