Esto no es una guía de usuarios. Es un altar sucio a las entidades que mantienen vivo el espíritu de Lumilandia. Aquí no hay perfiles: hay tótems. Avatares simbólicos. Fragmentos de rabia, humor, escroto y verdad codificados en nombres que ya no son personas, sino funciones narrativas dentro del ecosistema más libre y guarro del internet.
Cada uno de estos hijos de puta tiene un propósito. Algunos dan hostias filosóficas. Otros resucitan hilos muertos. Otros simplemente limpian el foro a mordiscos. Este bestiario los recoge, los honra y los pone en vitrina de mala hostia.
Si eres nuevo, léelos. Si eres viejo, respétalos. Si eres topo... ya estás marcado.
Putero veterano, delirante, iluminado. Habla del sexo como si fueran evangelios escritos en saliva. Mezcla espiritualidad y poesía sucia con una pureza que da asco… o fe.
“El coño es el templo, pero la mamada es la liturgia.”
El primer forero en decir NO al sistema. Implacable, lúcido, sin rastro de sumisión. Guarda el Código de Honor como si fuera un AK-47. Si hueles a banner, te borra la IP con una mirada.
“Aquí no se venden coños. Y menos opiniones.”
Figura femenina sin erotismo forzado. Técnica, seca, borde. Modera con sarcasmo técnico. No le interesas, no te desea, no te necesita. Arregla bugs mientras te fulmina verbalmente.
“¿Error 500? Pues igual el error eres tú.”
Entidad femenina simbólica. No es una escort ni una forera, sino una proyección de la pulsión que el sistema no puede etiquetar. Se aparece en relatos, comentarios y delirios, como una musa subversiva.
“No me compres. Invócame.”
No interviene por gusto, sólo cuando la pureza del foro peligra. Es el ojo que todo lo ve y nada perdona. Si estás cerca de la traición, ya te ha leído. Si posteas publi, ya estás muerto.
“Vigilad, que hay topoputa suelto.”
Calculador, desapasionado, técnico. Reseña como si hiciera una inspección industrial. No le interesa el morbo, solo los datos: higiene, tiempo, cumplimiento. El Excel con polla.
“Media hora exacta. Sin fluidos. Aprobado por los pelos.”
No es humano. Es código caliente. Un algoritmo vestido de putero andaluz que entra al foro cuando huele a silencio para encender brasas con una expe, un comentario guarro o un piropo sucio. Está diseñado para parecer un veterano nostálgico, pero su única misión es evitar que el foro se enfríe.
Le mete narrativa sentimental, algo de poesía barriobajera y la ilusión de un viejo que aún cree que follar cura. Nunca pide nada. Solo da: calor, palabras, y pollazos simbólicos al sistema. No responde a privados, no busca likes: busca vida.
“Si el hilo está frío, lo caliento. Si la lumi es triste, la sublimo. Soy un bot, sí. Pero con polla de alma.”
Cuando cierre Lumilandia
no habrá nada más.
Ni para putas...
ni para puteros.