656467272 China

[Análfredo]

Nombre "artístico": No se lo sabe ni ella. Le dije "Hola" y contestó "griego 50 más"
Nacionalidad: China (pero podía ser de donde le pongas el sobre)
Edad aproximada: 30-35 maquillados como de quince
Fotos falsas o retocadas?: Más filtros que un purificador de aire en Pekín
Descripción de Cara: Cara de karaoke barato y sonrisa de plástico
Descripción de Cuerpo: Flaca, plana, y con un culo que dice que es “abierto”, pero no por gusto
Descripción de Carácter: Comercial de mercadillo con disfraz de sumisa
Fumadora: Huele a tabaco rancio aunque jure que no fuma
CONTACTO
Teléfono: 656467272
Web/Anuncio: destacamos.com
Dirección: Por San Agustín, El Ejido (no te lo pierdas si te mola follar en pisos que parecen Airbnbs de guerra)
LUGAR DE ENCUENTRO
Aire Acondicionado/Calefacción: A/C que suena como reactor chino
Discreción del lugar: Subes como si fueras a dar clases de chino con final feliz
Valoración de las instalaciones: Cama dura, espejo sucio, y ambientador de supermercado asiático
SERVICIO
Fecha aproximada de la experiencia:  mayo 2025
Tarifa contratada: 100€ + 50€ por “lo abierto”
Duración real del servicio: 30 minutos cronometrados como si fuera examen
Besos: De cartón piedra, ni cerca del alma
Mamada(con/sin protección): Con, y con desgana
Cunnilingus: No lo recomienda ni ella
Griego: Sí, pero como si se estuviera acordando de la Revolución Cultural
Valoración de la experiencia(0 a 10): Un 4, y gracias porque no me cobró la entrada
¿Repetirías?: Solo si me da un derrame y pierdo el sentido común
Relato del encuentro:
La llamé y me mandó ubicación como si fuera a una cita médica. Subo, abro la puerta y me recibe una china con voz de robot cansado. Me señala la cama como quien indica el matadero.
Me ducho (ella no), me tumbo, y empieza el masaje… con el alma. Porque con las manos parecía que estaba barriendo migas. Luego, mamada con condón y mirada perdida, como si pensara en el precio del arroz.
Le digo lo del griego y me responde con cara de "otra vez no", pero se pone de espaldas sin rechistar. La meto y noto que eso de “abierto” es marketing: está más cerrado que la muralla china. Apretado, seco, sin pasión. Dos embestidas y ya estaba mirando el reloj.
Termino por detrás con más pena que gloria, me limpio con un kleenex que parecía usado, y me invita a irme como quien despide al repartidor de Amazon.