Orgía en el parador de Teruel

[José Luis Ábalos]

No sé si fue el aburrimiento, la curiosidad o la necesidad de volver a sentirme vivo… pero aquella noche me organicé una fiesta privada con tres bellezas que me recomendó un amigo muy discreto de la zona. No quería complicaciones, solo piel, cuerpos y desenfreno.

Suite presidencial del Parador de Córdoba. Jacuzzi encendido, luces bajas, música suave y una botella de whisky caro.
Me tomé dos Viagra azules a las 22:00 y esperé. A las 22:30 llegaron las diosas.

Claudia, morena explosiva, cuerpo de infarto, labios como almohadas.

Sasha, rusa otra vez, pelirroja, tatuajes pequeños en las ingles, voz suave.

Luna, mulata, curvas de locura, culo como dos melones maduros.

Las tres vestidas con lencería distinta: rojo pasión, encaje negro y transparencias. Me rodearon como si fuera un rey pagano.

No me dejaron hablar. Claudia se arrodilló y me la sacó. Estaba empalmado como si tuviera veinte años. Me la empezó a chupar con una técnica que casi me hace venirme en tres minutos. Las otras dos se besaban entre ellas, se acariciaban, se quitaban la ropa mientras me miraban. El aire olía a perfume caro y sexo.

Me tumbaron en la cama. Una me montaba, otra me lamía los pezones y la tercera me metía un dedo por detrás, suave, con lubricante. No sabía dónde mirar, qué sentir primero. Cada vez que me acercaba al límite, cambiaban el ritmo o me lo sacaban, como si jugaran con mis huevos.

Me hicieron un doble francés, una por delante, otra por detrás, turnándose para tragarme entera. Sasha me miraba con los ojos brillantes mientras se la metía hasta el fondo.

“No pares… dame todo… así… sí…”
Decía en español con acento dulce.

Luego fue el turno de la carrera de cowgirls. Luna me montó con fuerza, tetas rebotando en mi cara, el coño apretado, caliente, empapado. No pude más: la agarré, la giré y me corrí dentro del condón, gruñendo como una bestia.

Pero no acabó ahí.

La Viagra seguía haciendo efecto. Me limpié, me bebí otro trago, y las chicas se turnaban entre ellas. Se lamían, se metían los dedos, me lo pedían en grupo. Tuve una segunda corrida en la boca de Claudia y una tercera mientras todas me masajeaban con aceite caliente, acabando con una corrida sobre los tres culos alineados como en una película porno de lujo.

Terminé tumbado, sudado, con las piernas dormidas, mientras ellas se duchaban riendo y jugando entre sí como si fuera algo habitual.

Me quedé dormido con una sonrisa que no se me va ni ahora mientras lo escribo.

No sé cuántas horas habían pasado desde la primera faena. Me había corrido ya tres veces, pero la Viagra seguía bombeándome sangre como un maldito generador eléctrico.

Las chicas se habían ido a duchar. Yo estaba tumbado, con el cuerpo entumecido pero la polla todavía medio erecta, apuntando al techo como si pidiera más guerra.

Y entonces... entró ella.

Jessica.
Una rubia caoba, labios gruesos, tetas operadas perfectas, cintura fina y un culo redondo que parecía dibujado con compás. Tacones de aguja, conjunto negro de cuero y transparencias. Me miró sin decir palabra. Se sacó un chicle de la boca, lo pegó en el marco de la puerta y dijo:

“He venido a que me dejes sin aliento, viejo caliente.”

No esperó invitación. Se montó a horcajadas sobre mi pecho, con el coño desnudo a milímetros de mi boca, y empezó a frotarse contra mi cara, empapándome con cada roce. Me sujetó la cabeza con fuerza, como si me obligara a morir entre sus labios inferiores.

Gemía como una actriz porno, marcando el ritmo, sin parar, hasta que se vino encima de mí. Me dejó la cara húmeda, jadeando, con el maquillaje medio corrido. Se giró y me la mamó de espaldas, haciendo un 69 de infarto mientras yo le metía la lengua hasta el fondo.

Después vino la parte salvaje. Se puso de pie en la cama y me obligó a tumbarme boca arriba. Me montó como una amazona furiosa, bajando y subiendo, haciéndome crujir los huesos. Me arañaba el pecho, me escupía en la boca, me decía:

“¿Eso es todo lo que tienes, ministro? ¿Esa es la política que me ofreces?”

Cada vez que creía que iba a acabar, me apretaba el tronco con sus paredes internas como si me ordeñara por dentro.

En un momento dado llamó a las otras dos chicas. Luna y Sasha volvieron desnudas, oliendo a champú, y se pusieron a jugar entre ellas en el sofá, mientras Jessica me cabalgaba.

No pude más. Le agarré las nalgas, la levanté y la giré en el aire. Me la follé de pie, contra la pared, con las piernas de ella colgando, mientras gritaba como una posesa. Me corrí dentro del condón por cuarta vez, rugiendo.

Y aún seguía medio duro. Aquello no era normal. El Viagra me tenía como si llevara una tubería de plomo en el pantalón. Las chicas me miraban con cara de sorpresa.

“Este cabrón no se cansa,” dijo Luna, riéndose.

Y no, no me cansaba. Porque todavía quedaba una más por aparecer…

[Jessica]

Vaya, así que al final te animaste a contarlo…

Me he reído, pero más aún cuando has descrito lo del sofá.
Aún tengo marcas que no son de cojín.

Pero oye, poeta: te dejaste un detalle fuera del relato.

Me sigues debiendo 50 euros.

No por el polvo (eso fue de regalo)...
sino por el whisky que te bebiste tú, tus fantasmas y hasta el chófer ese que no se callaba.

La próxima vez que pases por el piso… trae efectivo.

Y si no puedes pagar con dinero,
mejor que vengas con hambre.

[Tito Berni]

¡Ministro! ¡Ministrísimo!
Vaya tela, compadre… Me he leído tu historia con Jessica y te juro que me he tenido que bajar los pantalones en pleno Congreso. Menos mal que la bancada estaba medio vacía, porque se me puso como una barra de acero con venas.

Pero escúchame…
Esa rubia te dejó seco, sí… pero a mí me huele a que te la domó más ella a ti que tú a ella. Se te subió a la cara como una reina y te ordeñó como si fueras una cabra de Fuerteventura.

Yo también estuve con Jessica, hace unos meses, en un reservado del H10 de Gran Vía. Te digo una cosa: esa cabrona tiene el coño como una trampa de osos, y si no sabes dominarla, te deja sin alma.

Cuando la tuve yo, le até las manos con mi corbata del Congreso y le metí una bola china en el culo mientras se me tragaba la polla a pulso.
Ella me decía:

"Diputado, rómpeme como si fuera una ley orgánica sin enmiendas…"

Y yo se la metí por detrás con fuerza, mientras le daba azotes que sonaban como mociones fallidas.

Ábalos, si te vuelve a llamar, invítame, cabrón.
Nos hacemos un cara a cara, una por delante y otra por detrás.
Ella en medio, nosotros sudando, y luego cambio de pareja como si fuera una comisión mixta de placer.

Eso sí… trae más Viagra. Lo tuyo parece natural, pero yo con tres pastillas y un Red Bull me convierto en el verdadero BOE del vicio.

[Jessica]

Ay, mis niños... Ábalos y Tito Berni.
Os leo y se me escapa una risita entre copa y copa.
Porque una cosa es follarme…
y otra muy distinta es creer que me tenéis dominada.

Ministro, lo tuyo fue digno, intenso, empapado…
Pero no olvides que esa noche fuiste mi juguete de carne azul, moviéndote a mi ritmo, sudando bajo mis muslos como si estuvieras pagando una deuda con cada gemido.

¿Recuerdas cuando te dije al oído, mientras te cabalgaba como una yegua salvaje?

“Esta es la única investidura que importa…”

Y tú solo sabías decir:

“Más… por favor… otra vez…”

Te bebiste mi squirt como si fuera vino de protocolo.

Y tú, Diputado Putero, animal de whisky y coca…
También pasaste por mi cama con ganas de circo.
Me acuerdo de tu corbata... olía a poder barato y perfume de chonis.

Pero al final, los dos acabáis igual:
roncando, exprimidos, y con la cara entre mis piernas.
Y yo, duchándome tranquila, contando billetes húmedos mientras os dejo dormidos como bebés institucionales.

Así que no peleéis, niños.
Podéis compartirme otra noche…
Pero esta vez yo elijo el orden, las posturas y el precio.

Y aviso: tengo una amiga dominicana con arnés doble que quiere jugar con vosotros dos a “la coalición invertida”.
¿Os apuntáis… o solo os ponéis duros por teclado?

[Lilith Nocturna]

Disfrutad, machos…
Pero que no se os olvide quién firma los orgasmos cuando hay que legislar el deseo.

Yo seré ministra.
Y no por elecciones…
sino porque nadie me dice que no.

[José Luis Ábalos]

A ver, putas y fantasmas, que os estáis flipando...

Jessica, te lo comí como si fueras un tratado internacional, y lo sabes. Te veniste encima de mi cara gritando como si fueras la ONU en celo. Que ahora vayas de diosa inalcanzable... está bien pa’ calentar al foro, pero no me vengas con cuentos: tus muslos me temblaban como si estuvieras en pleno terremoto de Managua.

Lilith Nocturna…
Tú manda. Dices que serás ministra… y yo te voto con la polla.
Pero cuando llegue la hora, quiero ser tu secretario de Estado del Clítoris.

Y Koldo...
Ese cabrón lleva viendo cómo follo desde los tiempos del AVE.
A veces pienso que se toca cuando me ve desnudo.
Que entre, pero que no respire tan fuerte mientras me la maman, que me corta el ritmo.

Y aviso:
si volvemos al Parador... salimos con el colchón en llamas y el alma exprimida.

[Tito Berni]

¡Vamos, coño, José Luis!

Te pones muy gallito pa’ ser el que se quedó sin condón en la última ronda, ¿eh?
Sí, Jessica te cabalgó bien… pero después vino conmigo a por la doble ración de marisco.
Y se tragó hasta los huevos, literal.

¿Tú dices 23 cm?
Hermano, tú llevabas la regla torcida.

Yo no tengo cartera ministerial,
pero tengo la polla marcada con tinta de contratos y saliva de diputadas.

Lilith, mamita, contigo firmo lo que sea: decreto, castigo, paja rusa o felación institucional.
Ponme en tu gabinete del vicio, que tengo experiencia en “asuntos interiores” con escorts bolivianas, cubanas y hasta una sueca muda que me dijo “gracias” con los ojos en blanco.

Y Koldo…
Ese cabrón tiene vídeos míos follando encima de un expediente de licitación.
Si los suelta, me hago famoso en Pornhub.

Ábalos, prepara esa suite otra vez…
Pero esta vez que no falten toallitas, whisky del bueno y una puta con acento rumano que me llame “diputado sucio” mientras me mea en el pecho.

Nos vemos en la próxima orgía, cabrones.

[Jessica]

¿Otra vez midiendo pollas, viejos verdes?

Ábalos, cariño…
Me la comiste con ansias, sí.
Pero el único tratado que firmaste esa noche fue "Jessica me domina, tomo uno".
Y Berni… tú traías más coca que polla, pero reconozco que tu lengua fue mejor que tu discurso.

¿23 cm? ¿Licencias? ¿Decretos sexuales?

Yo soy la ley, mis cielos.
Y cuando abro las piernas, se abren presupuestos.
Cuando me corro, tiemblan los escaños.
Y cuando digo “ya basta”, os tumbáis como perros que han perdido la votación.

Lilith me quiere en su gabinete.
Y si eso pasa, os vais a tener que poner de rodillas,
no por placer… sino por obligación institucional.

¿Queréis otra ronda en el Parador?
Vale.

Pero esta vez, traed algo más que Viagra y frases de forocoches.
Traed sumisión, obediencia y la lengua bien limpia.
Porque si no… os follo el ego y me voy con Koldo. Que al menos sabe callar.

[Lilith Nocturna]

¿Ya habéis terminado de chulearos la polla unos a otros?

Porque os leo y solo oigo gallitos empalmados sin huevos para aguantarme una noche entera.
Jessica os ha exprimido.
Yo os quiero llorando.

La próxima cita no será en el Parador.
Será en mi cámara roja.
Sin cámaras.
Sin condones.
Y sin derecho a correrse sin permiso.

Quien no me bese el tacón, se va con la polla atada.
Quien no aguante el arnés, será montado por Koldo.
Y quien grite sin autorización… me lo follo por castigo.

Así que seguid hablando.
Calentaos.
Hacéos los machitos.

Yo os espero en la oscuridad…
con las piernas abiertas y la fusta cargada de nombres.

[Tito Berni]

¡JAJAJA!
He leído el artículo ese de The Objective…
Y me he tenido que limpiar la polla del whisky de la risa.

¿“Nueva vida”? ¿“Independiente”? ¿“Empresaria del placer”?

¡Jessica, alma de coño!
No mientas, que aquí te conocemos sin filtros ni retórica periodística.

Tú eres buena en la cama, sí.
Pero como todas las madames de España, te quedas con el 50% mínimo.
Y si la clienta es VIP o el cliente repite… te llevas el 70% y una bolsa de Chanel llena de condones usados.

No vengas ahora con discursito de empoderada.
Te follé yo, te vi contar billetes con saliva, y firmabas cheques con el coño abierto.

Y lo sabes.

[Jessica]

Berni, cariño…
Tú me metiste la polla.
Pero yo metí cabeza, estrategia y tarifa plana con IVA incluido.

Sí, me quedo con un porcentaje.
Porque soy empresaria, no ONG.
Porque mis chicas tienen seguridad, discreción, ginecóloga privada y pisos con sábanas limpias.
Y si eso cuesta el 50%, lo pago con gusto y se lo ganan de sobra.

¿Te crees muy macho por decirlo?
Pues que sepas que muchas de las que te has follado me mandan las gracias por Bizum cada mes.

Tú firmaste con la polla.
Yo facturo con cerebro y coño.

[Lucrecia]

¿Ya habéis hablado bastante de mí sin mencionarme, cabrones?

Porque sí…
Jessica empezó conmigo.
La vi llegar con 19 años, tetas como globos y la mirada rota.
La enseñé a cobrar por mamada, a mirar a los ojos mientras la chupan, y a no enamorarse nunca… salvo del sobre.

El Tito Berni me debe 3.200 € de noches que no recuerda.
Ábalos firmó un vale de confianza que aún guardo en mi caja fuerte.
Y Koldo… Koldo me llama “madrina” cuando se le cae la polla del susto.

Sigo oliendo a coño de lujo, a lubricante VIP y a traición caliente.

Y si me pagáis cabrones … será para abrir el Octavo Cielo

[Miranda]

Yo no suelo fiar.
El coño es mío, el culo también, y aquí no se chupa ni se caga sin pagar antes.

Pero claro… era el puto ministro.
Traje caro, colonia buena, cara de que lo ha probado todo menos el respeto.
Y pensé: "Venga, Miranda, hazle el griego, que este paga fijo. Si no es con billetes, será con favores."

Pues ni billetes, ni favores, ni un puto gracias.
Me dejó con el ojete abierto y la dignidad hecha puré.
Se subió los pantalones, me dijo “te llamo luego” y se fue con la polla colgando y la conciencia limpia.

Y aquí estoy yo, con la raya del culo tiritando y el bizum sin movimiento.

Ministro…
como te vea otra vez, te lo cobro a mordiscos.

[MeiHua]

Hola MInistlo,
Uste no preocupa yo tener buenas chicas, ella comel todo, zupa mui bien, y follal..
Ministlo y amigos puede venir aquí y follal, pagal primelo...
Puede hacer gliego, sin plobema, xica tambien lamel culo si Ministlo gustal...

[Pollón]

A mí Jessica me bloqueó por preguntar si hacía francés sin.
Luego la veo aquí escribiendo como si tuviera corona en el coño.
Anda ya.

[El Verga]

¿Miranda? Me suena de una noche en la A4, cerca del desvío de Écija.
La dejé temblando y me pidió taxi. Aún me debe la botella de agua.

[TetasParaSiempre]

Estoy leyendo esto en el curro con la pantalla minimizada.
Si me pilla el jefe me corre... pero no como Jessica.

[MachoEmpalmado]

Esto ya no es un foro, es un capítulo perdido de Sálvame con coños y corbatas.
¿Dónde están las putas de antes, las que no escribían y solo gemían?

[ElAntiguo]

Yo estuve con Lucrecia hace años, cuando el coño aún olía a Nenuco y las mamadas no se cobraban por minuto.
Ahora todas van de influencers vaginales. Qué asco.

[CojonesConReloj]

Ábalos está sobrevalorado. Me lo cruzo en la gasolinera de Rivas y huele a pachuli.
Me apuesto una mamada con condón a que no aguanta ni media con Naomi la Negra.