611736956 Patricia

[Sauron]

Nombre "artístico": Patricia 
Nacionalidad: Venezolana 
Edad aproximada: Entre 18 y 20. Una niña con coño legal y mirada de pecado. 
Fotos falsas o retocadas?: Son reales. Y eso es lo más jodido. 
Descripción de Cara: Carita infantil, ojos grandes, labios suaves. Morbo ilegal sin cruzar el delito. 
Descripción de Cuerpo: Teen total. Piel tersa. Cuerpo sin pecado ni gimnasio. 
Descripción de Carácter: Callada. Sumisa. Parece salida de un convento de putas educadas por Telegram. 
Fumadora: No me fijé. Estaba ocupado descifrando si era humana o trampa divina.

CONTACTO 
Teléfono: 611 736 956 
Telegram: @paty0000 
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LUGAR DE ENCUENTRO 
Aire Acondicionado/Calefacción: cómodo, sin alma. 
Discreción del lugar: Perfecta. Como si el diablo tuviera recepcionista. 
Valoración de las instalaciones: 7. No vas por el spa. Vas por la invocación.

SERVICIO 
Fecha aproximada de la experiencia: Hace días pero aún me quema. 
Tarifa contratada: 200€ 
Duración real del servicio: 1 hora, con dos polvos. 
Besos: No. Agradece que te respira. 
Mamada(con/sin protección): Con. Pero sigue órdenes. 
Cunnilingus: No ofrecido. No lo pedí. 
Griego: No 
Valoración de la experiencia(0 a 10): 7 por el cuerpo. 10 por el demonio interno que despertó. 
¿Repetirías?: Sí. Si quiero perderme de nuevo.

Relato del encuentro: 

Y así fue, hermanos de lubricidad y palabra cruda, que me topé con Patricia, criatura venezolana de carnes tiernas y mirada ausente,
como si el mundo le pesara menos que la ropa interior.

Una vez sellado el pacto de oro (200 escudos modernos, sin regateo), nos internamos en aposento alquilado, donde el silencio era más espeso que la conciencia de un cura tras la misa.

– El primer lance fue en seco, sin prólogo ni reverencia, más cercano al asalto medieval que a la danza amorosa. 
Le abrí las piernas como quien hurga en el cofre de un tesoro maldito y allí, sin súplica ni sorpresa, 
introduje mi lanza como quien clava justicia en tierra pagana.
Ella, callada, obediente,  sólo asentía con la entrepierna, y con ojos de fábula rota me decía: 
“Haz lo que quieras, pero no me despiertes.”

– La mamada fue ritual: sin pasión, pero con técnica de sacristán aplicado. 
Cada lametón era como tragarse hostias consagradas, 
y yo, pobre caballero sin honra ni espada, 
me dejé bendecir por su boca sumisa.

– El segundo acto se dio en el agua, 
donde mi polla flotaba como Cristo resucitado, 
y ella, estatua templada de yeso húmedo, 
recibía embestidas como quien lava pecados con cloro y clítoris.

– A cuatro se le movía el culo como si pidiera auxilio, 
pero era puro reflejo de bestia amaestrada. 
Y yo, poseído, le metía como quien escribe la historia de su vida en carne viva.

– El griego no se dio, mas no importó. 
El coño era tan cerrado y puro 
que sentí estar estrenando el mundo otra vez.

La miraba mientras follaba y me creía un degenerado, 
pero en esa mirada vacía, 
hallé mi absolución.

Patricia no te folla. 
Te permite follarla. 
Y eso, caballeros… 
es lo más sucio y lo más puro que he vivido en esta triste y gloriosa profesión de putero errante.