joven cariñosa implicada 627544329

[RaboCalifa]

nombre "artístico":  joven cariñosa implicada

Nacionalidad: Latina. Claramente del Caribe, diría dominicana por el acento y el flow.

Edad aproximada: 22 años según ella. En físico puede colar, pero la mirada ya lleva kilómetros.

Fotos falsas o retocadas?: Retocadas a muerte. El culo es real, pero la cara en las fotos tiene más filtros que una gasolinera.

Descripción de Cara: Rasgos marcados, pícara, con esa mirada que te dice "te voy a exprimir el alma por la punta".

Descripción de Cuerpo: Bajita, culona, piel morena como chocolate caliente. Tetas operadas, pezones pequeños y hambrientos. El coño: un puño cerrado de vicio.

Descripción de Carácter: Fiestera, directa al grano, de las que no venden noviazgos. Viene al lío. Y lo disfruta.

Fumadora: No. Ni rastro de tabaco. Limpia y con buen aliento.

CONTACTO
Teléfono: 627544329
Web/Anuncio: Rula por varias, 
Dirección: Piso discreto en Ciudad Jardín, Córdoba.

LUGAR DE ENCUENTRO
Aire Acondicionado/Calefacción: A/C funcionando. Se agradece con este calor cordobés.
Discreción del lugar: Correcta. Vecindario de clase obrera, nadie pregunta nada.
Valoración de las instalaciones: Habitación limpia, cama firme, espejo grande para verte follar como toro.

SERVICIO
Fecha aproximada de la experiencia: hace dos semanas
Tarifa contratada: 150€ — Incluye griego a pelo y corrida dentro.
Duración real del servicio: Unos 30-35 minutos. Sin reloj, pero sin prisa.
Besos: Sí, y con lengua. Sin miedo ni asco.
Mamada (con/sin protección): Sin goma. Profunda, babeada, con lengua en la base.
Cunnilingus: No lo pedí. Fui al culo directo.
Griego: Sí, por la gloria de mi rabo. A pelo, sin quejarse, y pidiendo más.
Valoración de la experiencia (0 a 10): 9
¿Repetirías?: Por supuesto. Cuando el cuerpo pida guerra sucia.

Relato del encuentro:

Nada más abrir la puerta, me recibe en tanga y con los labios pintados de rojo incendio.

Me dice: “quiero que me rompas el culito, papi”.

Me lo dijo sonriendo, pero con los ojos puestos en mi bragueta.

Me sentó en la cama y se arrodilló como si fuera misa. Me la chupó con hambre, escupiéndola, tragándola, jugando con los huevos como si fueran reliquias.

Me puso el rabo tan empapado que resbalaba solo.

Se agachó, me mostró ese culo redondo, perfecto para el pecado, y me soltó:

“Quiero que me la metas por ahí, sin pensarlo. No me avises. Rómpeme.”

Y lo hice.

Entró despacito al principio, pero ella empujó como quien quiere reventarse desde dentro.

Gemía, sudaba, se corría mientras la empotraba por el ojete. Me pedía más, más profundo, más duro.

Se vino tres veces. La tercera, con espasmos. Yo me vine dentro, a pelo, con un rugido que hizo vibrar los cristales del cuarto.

Nos quedamos en silencio unos minutos. Ella boca abajo, culo en pompa, resoplando como yegua después de la carrera.

me vestí y salí como quien ha cumplido una promesa.