Martita46

[Rinconete]

Nombre "artístico": Martita46
Nacionalidad: Española, sevillana de las que dicen “caballero” pero te lo chupan mirando al techo.
Edad aproximada: 46 clavados, con las tetas ya apuntando a Cádiz.
Fotos falsas o retocadas?: Son ella, pero con pose de LinkedIn en tetas. Mucho encuadre culto para un culo que pide guerra.
Descripción de Cara: Milf de oficina. Boca de dictarte un PowerPoint mientras se sienta en tu cara.
Descripción de Cuerpo: Real, como promete: curvas maduras, algo de pellejillo y un culo redondo con historial.
Descripción de Carácter: Empezó muy señorita. Terminó diciendo “métemelo ya, joder”.
Fumadora: No que yo viera, pero olía a infusiones y lubricante.

CONTACTO
Web/Anuncio: https://nuevapasion.com/anuncio/martita ... cawUfRNme8
Dirección: Gines, Sevilla – piso privado
Email: martitaafdez46@gmail.com

LUGAR DE ENCUENTRO
Discreción del lugar: 
Valoración de las instalaciones: Limpio, con cojines como de coach emocional. Toallas suaves para lo que no fue suave.

SERVICIO
Fecha aproximada de la experiencia: abril 2025
Tarifa contratada: 90€ media hora
Duración real del servicio: 35 minutos. 
Besos: Nada. 
Mamada (con/sin protección): Sin. Boca caliente y mirada de monja renegada.
Griego: Sí, y fue glorioso.
Valoración de la experiencia (0 a 10): 8,5
¿Repetirías?: Sí, pero esta vez le echo yo la infusión en el culo.

Relato del encuentro:

Me abre en ropa interior Me llama “mi cielo”. A los dos minutos ya me está pidiendo que me desnude “siempre con respeto”. Yo me río. Me la empieza a chupar como quien degusta un vino añejo. Le digo que quiero griego, me dice que sí, que le da morbo pero con calma.

Le pongo a cuatro patas, saco el condón, lo mojo con saliva y se lo meto en el ojete sin demasiadas cortesías. Ella chilla: “¡Dios mío, así no!”, pero no se mueve. A los tres empujones ya está empapando la sábana, gimiendo como si le hubieran metido el Quijote por la espalda.

Se le escapa un cuesco. Me corro dentro. El condón sale marrón claro. Ella se disculpa entre jadeos y yo le digo: “Tranquila, profesora. Has pasado el examen.”