Nombre "artístico": Cristina
Nacionalidad: Latina (probablemente sudamericana)
Edad aproximada: De 27 nada, mínimo 35 para arriba
Fotos falsas o retocadas?: Sí, fotos más tuneadas que el coche de un cani
Descripción de Cara: De lejos cuela, de cerca es un poema: maquillaje de entierro y mirada vacía
Descripción de Cuerpo: Bajita, culona, pellejo algo castigado. Lo que en foto parece "sensual" en vivo es fondón flojo
Descripción de Carácter: Falsa dulzura al principio, luego frialdad de cajera quemada
Fumadora: No apreciado durante la sesión
CONTACTO
Teléfono: (Por WhatsApp del anuncio)
Web/Anuncio: Publicidad en portales de lumis de Córdoba
Dirección: Apartamento cutre en Córdoba capital
LUGAR DE ENCUENTRO
Aire Acondicionado/Calefacción: Sí, pero mal regulado
Discreción del lugar: Suficiente para no hacer el ridículo
Valoración de las instalaciones: Justitas, cama medio vencida, limpieza de aquella manera
SERVICIO
Fecha aproximada de la experiencia: Abril 2025
Tarifa contratada: 80€ una hora (fue menos)
Duración real del servicio: 40-45 minutos
Besos: No, ni soñando
Mamada (con/sin protección): Con protección, fría como una madre cabreada
Cunnilingus: No probado
Griego: Sí, a estocada limpia
Valoración de la experiencia (0 a 10): Un 2 siendo generoso
¿Repetirías?: Solo si me quedo ciego, mudo y loco
Relat del encuentro:
Llego al picadero esperando un masaje y un final feliz, como buen inocente que todavía cree en los Reyes Magos del puterío. Me recibe Cristina: latina, bajita, culona, sonrisita falsa.
A los cinco minutos de masaje cutre ya sé que estoy más jodido que un fiambre en velatorio. Así que paso de mariconadas y le suelto a bocajarro:
—¿Griego?
Se le ponen los morritos como si se hubiera chupado un limón, pero asiente.
Saca el condón, me la chupa malamente (con más desidia que una cajera de supermercado en hora punta) y me dice que me coloque detrás.
Le levanto el culo, le escupo en el agujero y sin más ceremonia le clavo la tranca de una embestida seca y cruel, como los viejos legionarios que follaban tras las batallas.
El primer empujón le arranca un quejido sordo. El segundo ya le dobla el espinazo.
No aflojo. Empiezo a darle estopa como si buscara petróleo en su intestino grueso. Cada vez que la empotro contra el colchón, noto cómo el cuerpo entero le tiembla, como si la estuviera desalojando por dentro.
Y de repente... en mitad de una estocada especialmente profunda, noto algo caliente resbalando por mis huevos.
¡La muy cerda se mea encima!
Me inundo en orina tibia mientras sigo taladrando su culo deshecho. No paro. No he venido a oler rosas.
Le sigo dando hasta que ya no sabe ni dónde está. Le removí tanto los intestinos que cuando saco la polla, el broche de oro aparece rodando:
un zurullito triste y reseco que cae entre sus nalgas abiertas como un cadáver de dignidad.
Ella, roja como un tomate, intenta taparlo. Pero ya da igual. Ha sido follada, meada y cagada.
Tiro el condón a la basura, le suelto 80 pavos como quien arroja monedas a un mendigo, y me largo de allí sabiendo que he hecho historia:
le dejé el culo tan abierto que hasta sus pecados salieron, y con ellos su dignidad
Cristina 631622594
Matón de Burdel: Rhodium
¿Quién come coños?
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Forjado entre condones rotos y palabras libres.
Aquí no enlazamos diseñadores. Aquí escupimos verdad.